Cómo gestionar el estrés de la vida con la meditación

Cuando nos enfrentamos a la incertidumbre, a situaciones estresantes o a cambios en nuestros hábitos cotidianos, esto suele repercutir en la mente, el cuerpo y la sensación general de bienestar.

Estas perturbaciones pueden afectar al estado de la piel y del cabello, interrumpir los patrones de sueño, así como causar aumento (o pérdida) de peso y ansiedad. Hay muchas razones por las que el estrés afecta tanto a nuestra vida.

Lo bueno es que podemos superar estas perturbaciones y salir fortalecidos de ellas formando comunidades más íntegras y resilientes. Una forma de lograrlo es practicar el «mindfulness» y la meditación.

El concepto de meditación significa sencillamente desconectar un rato del caos de la vida e intentar sosegar la mente y permanecer en un estado de conciencia tranquilo.

La meditación se considera una práctica, como el yoga o cualquier otro plan de ejercicio. Además, es como fortalecer un músculo: cuanto más practicas, más fuerte se hace. Uno de los mejores aspectos de la meditación es que sepuede hacer en cualquier momento y lugar sin necesidad de equipamiento especial como campanillas, una esterilla de yoga o una manta.

Hemos creado una lista de consejos para ayudarte a empezar:

  • Antes de empezar, debes intentar evitar todas las grandes distracciones como los teléfonos, las pantallas de ordenador, la televisión y los ruidos fuertes. No necesitas un lugar totalmente silencioso y aislado para practicarla.
  • ¡Solamente te necesitas a ti mismo! Procura sentarte o acostarte en un lugar cómodo donde te sientas relajado. Puedes mantener los ojos abiertos o cerrados. Simplemente haz lo que te haga sentir mejor.
  • Empieza por centrarte en tu respiración. Siente cómo el aire entra y sale del cuerpo. Basta con ser consciente de tu respiración y de las sensaciones que te produce. Una vez que empieces a sentirte cómodo meditando, puedes incluir otras técnicas respiratorias. Durante la sesión, puede que te distraigas con diversos pensamientos que tepasen por la cabeza. Cuando esto suceda, redirige poco a poco tu atención a la respiración.
  • Hay diferentes tipos de meditación; algunos incluyen cánticos o el uso de afirmaciones. No tienes por qué usarlos si no quieres. Si quieres, puedes elegir una o dos palabras cortas para centrarte en ellas mientras meditas.

Incluso en los momentos más caóticos, cabe recordar que, aunque no podamos controlar lo que está sucediendo, sí podemos elegir cómo reaccionar a estos sucesos. Si meditas con regularidad, es más probable que sientas y experimentes todos los efectos relajantes a largo plazo que puede tener esta práctica.